¿Qué se esconde detrás de nuestra profesión? Muchas veces, a través de las profesiones, sin darnos cuenta, estamos reparando un programa heredado de nuestros ancestros.
¿En cuántas familias se da la tradición de abogados, médicos, maestros...? El abuelo, el padre, el hijo, con el mismo oficio. De hecho, no hay ningún problema en tener la misma profesión que tus padres o abuelos, siempre que disfrutes y te ganes la vida con ello. Pero cuando vives ese trabajo como un esfuerzo y no te permite ganarte la vida (porque es precario o bien porque te cuesta pedir dinero por él), hay que buscar qué conflicto representa para poder cortar con el programa que está condicionando tu vida.
Hay mucha gente que nace con una vocación (del latín vocare, "ser llamado"). ¿Quién llama? ¿Quizás el clan? Pero ¿cuál es el sentido de esta llamada? Esa llamada esconde el deseo de los ancestros de un cambio en la información vivida. "Llamar" al elegido para que repare los conflictos no resueltos hasta el momento. Por eso, cuando analizamos el transgeneracional, tenemos en cuenta las profesiones como indicador que el cliente puede estar reparando.
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A modo de ejemplo, encontramos quien repara conflictos del clan relacionados con herencias o expolios (banqueros...), con abandonos (asistentes sociales...), con separaciones (sastres o modistas...), con falta de educación o conocimiento (maestros...), con la autoridad (policías...), con injusticias (abogados...), con la familia (cocineros, panaderos...), con falta de alimento (agricultores...), con la madre (químicos...), con el padre (informáticos...), con la falta de información (periodistas...), con el reconocimiento (políticos...)... Son algunos ejemplos generales que nos pueden servir como punto de partida, pero siempre debemos tener en cuenta la historia personal del cliente.
Por lo tanto, lo más saludable sería poder desarrollar esa vocación interna de uno mismo, esa vocación que la vida te llama a ser, podríamos llamarla la vocación de nuestra esencia ("misión espiritual", según Eric Barone), que solo puedes conseguir siendo fiel a ti mismo, siendo coherente, libre de los condicionantes de tu clan.
Cuando alcanzas esa vocación interior libre, observas que haces tu trabajo disfrutando, con pasión y alegría, de tal manera que incluso pagarías por hacerlo, y que, mientras trabajas, el tiempo transcurre y no te das ni cuenta; compruebas que no hay esfuerzo, sino que te sale de dentro, y lo más emocionante es que la gente se te acerca para poderlo compartir.
Cuando alcanzas esa vocación interior libre, observas que haces tu trabajo disfrutando, con pasión y alegría, de tal manera que incluso pagarías por hacerlo, y que, mientras trabajas, el tiempo transcurre y no te das ni cuenta; compruebas que no hay esfuerzo, sino que te sale de dentro, y lo más emocionante es que la gente se te acerca para poderlo compartir.
En este enlace podéis ver el vídeo de Eric Barone (terapeuta akáshico), publicado en nuestro facebook, titulado MISIÓN ESPIRITUAL, VOCACIÓN Y PROFESIÓN
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