TODAS LAS VOCES EN UNA

"Terra baixa", de Ángel Guimerà, es la obra de teatro más traducida y representada de toda la literatura catalana. Se trata de un drama rural donde todos los elementos que aparecen están cargados de simbolismo, se da la lucha entre la luz y la sombra, como en nuestra propia vida.

Empezando por los personajes. Manelic, el protagonista, un hombre sencillo que representa la pureza, la bondad, un pastor que vive en la montaña (la tierra alta), libre de toda corrupción. Marta, una chica de la tierra baja, que desde muy joven se ve obligada a mantener relaciones íntimas con el propietario cacique, Sebastià, el cual representa el poder, la autoridad y acaba siendo el lobo que Manelic matará para que triunfe el amor puro y libre.

Marta encuentra en el amor de Manelic la fuerza para liberarse, dejar de ser sumisa y no ser dependiente de Sebastià.

Lluís Homar, en la última adaptación de esta obra, nos muestra a todos los personajes con una sola voz, la suya. Un monólogo en el que bailan las dualidades. Aparece lo femenino y lo masculino, la pureza y la ferocidad, la libertad y la imposición, la autoridad y la sumisión, la tierra alta y la tierra baja... Todo contenido en una misma persona. Y por si esto no fuera poco, en este montaje han tenido la delicadeza de incorporar la voz de Silvia Pérez Cruz, que te permite alcanzar esa emoción sublime, a la cual las palabras no tienen acceso.

Esa es la gran verdad, "Todos somos Uno", el principio de la Bioneuroemoción. Si esta obra ya tenía una fuerza increíble tal como su autor la escribió, imaginad ver a un actor en escena representando todas las caras, todas las voces, todas las emociones, todos los sentimientos... Así somos nosotros, en cada uno de nosotros habitan todos los personajes. Hay algunos que forman parte de nuestra luz y otros que representan nuestra sombra, pero no por ello tenemos que menospreciarlos, sino todo lo contrario, los que están en la sombra deben ver la luz.

Para conseguir acercarnos más a esa luz, vamos cortando con ataduras, aceptando nuestra sombra y agradeciendo a todos aquellos que se cruzan en nuestro camino la posibilidad que nos dan de vernos reflejados en ellos, como en un espejo.

Gracias por esta obra de arte en mayúsculas.