Ser madre……
Hay miles de escritos que nos cuentan la maravillosa
experiencia de ser madre, escritos preciosos contados con amor , ternura y
sensibilidad. Realmente es un milagro de la creación. Un espermatozoide acogido
por un óvulo, es el primer abrazo recibido para la creación de un nuevo ser en
la tierra.
En realidad ser mamá debería de ser algo así, algo maravilloso
observado y disfrutado lleno de conciencia y de amor pero no siempre ocurre
esto. A veces las circunstancias que envuelven a la madre no son las más adecuadas
para sentirse segura y protegida en este momento. A veces ese hij@ viene sin
haber sido buscado y esto crea un gran impacto emocional en la madre, impacto
que se instaura de inmediato en el futuro bebé.
¿Qué pasa cuando ese bebé no fue deseado?.... ¿Qué necesita
una mujer para ser madre? Primero debe de tener un hombre (macho Alfa) con el
que se sienta protegida ya que es el que ha de cuidar de ella y su bebé en el
periodo de gestación. Después debe de tener preparado su (Nido) para acoger a
ese bebé cuando nazca (una casa, una habitación...) Como hacen los pájaros que
preparan su nido antes de poner los huevos para que estén seguros. Y algo muy
importante desear a ese niño. Estas circunstancias no siempre se dan y muchas mujeres
descubren que están embarazadas cuando no
lo esperaban o no era el momento para ellas porque tenían otros proyectos en
mente. Puede que descubran que el (Macho) elegido no las va a proteger o que
será un padre ausente o no está preparado, porque el tampoco esperaba ese bebé.
Cuando una mujer se entera de que está embarazada de dos
meses y se toma unos días para tomar la decisión de abortar o no todos estos
pensamientos también quedarán grabado en la impronta del bebé como hijo no
deseado. Muchas madres se toman a mal reconocer que sus hijos no fueron
deseados y esto es porque existe una confusión entre la palabra “deseado” y “querido”. No fueron deseados aunque si sean
queridos.
Y aquí es donde nos enfrentamos a saber cuál es la función
de la madre. El concepto “madre” está rodeado por infinidad de creencias como
son “madre no hay más que una”, “Nadie puede sustituir a una madre”, “Como el
amor de una madre no hay nada”. Este tipo de creencias junto con las
circunstancias anteriormente comentadas son las que pueden llevar a una madre a
pasarse de madre convirtiéndose en una madre sobre protectora o una madre
tóxica.
La madre debe de tener un vinculo con el padre y este se
transmite al hij@, cuando la madre siente que el padre no es protector, no es
un macho alfa, tiende a sobreproteger al hijo y no permite que el padre realice
su función de padre. Hemos de tener claro que la madre es la que protege y el
padre el que estructura, es decir la madre protege al bebé y le transmite
inconscientemente sus juicios sobre el padre. Si ella no siente este vinculo
con el padre el hijo tampoco lo sentirá. Esta función protectora que significa
protegerle de cualquier daño , cuidarle pero no impedir que experimente y aprenda, se
alarga hasta los seis o siete años. En esta edad es donde debe de entrar el
padre a ejercer su papel de forma activa, a estructurar, el le enseñará a
explorar, a cazar, a alejarse de casa , a buscar su independencia.
Si estas funciones no se respetan la madre sobreprotectora acabará siendo una
madre tóxica, controladora, con un hijo dependiente, y en mucha ocasiones
agresivo. Habrá convertido a su hijo en un macho alfa para ella, privando al
padre y al hijo de desarrollar sus funciones.
En bioneuroemoción entendemos que todos estos sucesos no son
más que programas vividos y revividos generacionalmente. Cuando la madre estaba
en el vientre de su madre vivió toda la experiencia que ella vivía y las que había
vivido su madre en el vientre de su abuela. Por tanto si en el árbol había padres
ausentes, madres desprotegidas, abandonadas las historias se están repitiendo. Por
ello como dice Laura Guzman cuando un niño está limpio, comido y descansado y
llora hay que preguntarse qué le pasa a la mamá. El niño nos muestra nuestra
sombra.
Lo principal es tomar conciencia y entender que más
importante que las circunstancias que vivimos, es el juicio que hacemos de
ellas, porque eso es lo que
transmitimos.
Y si somos o fuimos madres tóxicas porque desconocíamos esto,
tenemos la gran oportunidad de aprender a no serlo si nuestros hijos aún son
pequeños y si ya son grandes podemos hablar con ellos y explicarles todo, darles
la oportunidad de entender sus vidas porque fueron nuestras vidas, de
liberarles y de liberarnos aportándoles compresión y paz interior.
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