2/2/15

FRACTURAS

El término fractura se usa en muchos contextos de nuestra vida. Podemos hablar de fractura social, fractura digital, fractura mecánica, fractura mineral, fractura geológica... y fractura ósea. En toda fractura se da la pérdida de la continuidad estructural normal provocada por la tensión. Fractura es sinónimo de separación, rotura o división.



Una fractura ósea me muestra mi división interior, entre pensamiento-acción y sentimiento, me evidencia mi incoherencia. No hay coherencia entre lo que pienso y lo que siento. Es como si acción y emoción jugaran a tirar de la cuerda: por un lado está la acción, que tira hacia un lado, y por el otro, la emoción, que tira hacia el otro. Cuando esta tensión provocada por fuerzas opuestas se mantiene en el tiempo, la cuerda acaba rompiéndose, igual que el hueso. Hay una violencia no expresada, contenida, que me acaba afectando a mí. Si no actúo o no me expreso como siento, me rompo. 

Como comentaba Carolina en su artículo sobre la osteoporosis, todo síntoma osteo-articular tiene que ver con un conflicto de desvalorización, una falta de valor por uno mismo. No nos sentimos capaces por esa desvalorización extrema. Nuestro esqueleto es nuestra estructura, la que nos permite desplazarnos, abrirnos al exterior. Si no nos valoramos, nos estamos privando de esa exploración, nos paralizamos hasta tal punto que, cuando nos fracturamos un hueso, se nos rompe nuestra estructura vital. 
Una vez rotos, no tenemos más remedio (por prescripción médica) que descansar el tiempo suficiente para hacer posible la reconstrucción, la recuperación de la masa ósea. Durante este período, se nos está dando la oportunidad de reconstruir nuestra manera de vivir. 

Ese descanso, esa pausa impuesta, nos invita a la reflexión: "Lo hecho hasta ahora ya no me sirve". 
Se nos regala un tiempo para hacernos más fuertes, para poder recuperar el valor y así poder actuar siendo coherentes con nuestro sentir. 

¿No es romper aguas una fractura? ¿Y romper el cascarón

Una fractura siempre representa el paso de lo conocido (situación de confort) a lo desconocido (situaciones nuevas donde poner a prueba nuestro valor). Pasamos del mundo limitado a las infinitas posibilidades. Cuando rompemos con los programas heredados de nuestros ancestros, esos programas que formaban parte de nuestros hábitos, esos programas cómodos por conocidos, pero incómodos porque nos bloquean nuestra vida, aparece el miedo a lo desconocido, a nuestra nueva vida. Pero debemos ser conscientes que solo podemos encontrar la luz si somos capaces de romper el cascarón.

EL ROMPER NOS PERMITE RENACER.

No hay comentarios:

Publicar un comentario