Muchas veces he pensado que con el ateísmo ha
venido una resaca de gran analfabetismo identitario. Renegamos de nuestro
pasado pero, paradójicamente, seguimos un calendario litúrgico al que muchas
veces hemos vaciado de contenido.
Al despertar, fueron muchos los que quisieron
librarnos de la manipulación que la iglesia cristiana ejerció durante siglos, y
lo que sucedió fue que borraron un legado de significados y simbolismos
ancestrales que forman parte de nuestra identidad cultural, social, familiar y
personal.
Está muy bien desencorsetarse y que
nos preguntemos libremente quiénes queremos ser, pero no hace falta negar
nuestras raíces. Queramos o no, nuestras bases están sustentadas en la
tradición judeocristiana, a la vez que ésta se asentó sobre otras tradiciones
ancestrales. Todas ellas, nos hablan de nosotros, de dónde venimos, de qué
preguntas nos hacemos, de quiénes somos,...
Hace dos años, cuando entré en contacto con
la bioneuroemoción, me puse a investigar mi árbol familiar y me dí cuenta hasta
qué punto son importantes nuestras raíces, así que se me despertó la curiosidad
por todas aquellas circunstancias de vida que rodeaban a mis ancestros y nació
una de mis nuevas aficiones: redescubrir todo aquello relacionado con nuestro
calendario.
Nacida en el seno de una de esas familias
ateas, sigo intentando recomponer algunas piezas de significado para
descubrir de dónde vengo, comprender quién soy y poder estar en coherencia con
mi ser.
Y aquí estoy compartiendo algunas reflexiones
personales y poniendo un poco de luz sobre la tradición del día de la
Candelaria!
2 de febrero: La
Candelaria o fiesta de la luz
Según la tradición bíblica, la
Candelaria se celebra después de la cuarentena del nacimiento de Jesús (que
simboliza la luz en la tierra).
Es la fiesta de presentación de
Jesús, al templo, y de purificación de la Madre de Dios, según la
tradición judía de la bendición de las candelas de cera. Esta tradición marcaba
cuarenta días durante los cuales las madres recientes no podían salir a la calle.
Además, las mujeres que habían parido con dolor (por castigo divino) debían
purificarse.
Pero antes de Jesús ya se celebraba este día
porque es el punto medio entre el inicio y el final del invierno. O sea que ya
han pasado tantos días de invierno como los que faltan para terminarlo. Desde
el punto de vista del simbolismo, estos días pues conectan la apertura de un
tiempo cósmico de guía y relación con los difuntos (todos los santos) con el
punto medio entre el invierno y el inicio de la primavera, que da lugar a las
fiestas del Carnaval y que, entre otras, genera rituales de fecundidad.
Estos tres
elementos ya tenían un fuerte protagonismo en tres fiestas de tradición romana,
celebradas alrededor del mes de febrero, y que la Candelaria, precisamente,
pretendió sustituir:
Parentalia, a
principios de febrero, eran unas fiestas dedicadas a los difuntos: la gente
visitaba los cementerios y llevaban alimentos, vino y candelas encendidas
a la tumbas.
Matronalia eran otras
fiestas dedicadas a Juno, diosa de los partos.
Lupercalia eran ritos
pastorales de protección de los rebaños contra los lobos y de fecundación de
los animales y las mujeres.
La presencia
de las candelas, que dan nombre a esta festividad, proviene de estas fiestas
romanas, concretamente de la Parentalia.
La presencia
de las candelas se conservó en las procesiones que, justamente en el día de la
purificación, tomaron el nuevo significado de la luz nueva de Jesucristo.
Es curioso, o no, que durante esta última
Navidad sentí mucha confusión en relación a un conflicto de programa que
necesitaba ser iluminado, y decidí entrar en cuarentena para ver si
podía tomar distancia y aclararme. Pues bien, resultó que la
luz llegó muy próxima al final de estos cuarenta días. Mirando el
calendario, la vista se me fue al día 2 de febrero: fiesta de la
Candelaria y Santa Purificación! Todo cuadraba, realmente estaba en
coherencia total con el sentido de estos días! Seguramente, esto nos
ocurre más a menudo de lo que percibimos!
Bueno, pues,
esta fue la chispa que me ha traído a escribir y compartir estas líneas.
A TransBiologic:
gracias por la generosidad que habéis dispuesto en este fructífero blog!
Talia
1 “Candelera”. Dins: Soler i Amigó, Joan. Enciclopèdia de la fantasia popular catalana.
Barcanova : Barcelona, 1998.
2 Roma, Josefina. CALENDARI de festes de Catalunya, Andorra i la Franja.
Barcelona: Fundació Serveis de Cultura Popular: Alta Fulla, 1989.
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