Hace miles de años los Toltecas eran conocidos en todo el
sur de México como “mujeres y hombres de conocimiento” Los antropólogos han
definido a los Toltecas como una nación o una raza, pero de hecho eran científicos
y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento
espiritual y las prácticas de sus antepasados.
La conquista europea unida a un agresivo uso del poder
personal por parte de algunos aprendices, hizo que los Naguales se vieran forzados a esconder su sabiduría ancestral y a
mantener su existencia en la oscuridad. Por fortuna el conocimiento esotérico tolteca
fue conservado y transmitido de una generación en otra dentro del linaje de los
Naguales.
Miguel Ruíz nagual de los Guerreros Águila, nos transmite en su libro “Los cuatro acuerdos” en los que se basa esta sabiduría tolteca, en un libro de fácil lectura pero de gran profundidad para llevar esa vida que todos ansiamos, una vida vivida desde la coherencia.
Coherencia, mucho más que una bonita palabra. Últimamente todos buscamos, la
oímos por doquier, vivir en coherencia, aunque algunos tengan duda de su significado. Su significado etimológico viene del latin “Cohaerentia
“Co” de (conjunto, global ) y “haerencia “de estar (unido, pegado);
también la podemos describir como “Co”
de corazón, “herencia” de lo heredado, de lo consciente y de lo inconsciente,
es decir, vivir la herencia desde el corazón o con el corazón.
Parece ser que sea cual sea la cultura de la que venimos, en
la coherencia y en la herencia están las
respuestas que vamos necesitando a lo largo de nuestra vida. Nuestra evolución como
personas o a nivel espiritual pasa comprender, amar y perdonar. Algo que
culturas ancestrales siempre supieron respetar y mantener y nosotros perdimos debido a tanta domesticación. Pero dispuestos a coger
nuestro mapa del tesoro y recuperar lo que siempre fue nuestro, lo que siempre
tuvimos, la conexión con nuestro ser interno, con nuestra esencia , con nuestro
Yo superior.
Para llegar a ello
requiere de algunos acuerdos fundamentales como nos cuenta Miguel Ruíz en su libro, a veces por
sencillos tan difíciles de llevar a cabo.
EL primer acuerdo nos dice: “Sé impecable en tus palabras” Im-Pecable
=Sin-Pecado. Según como utilicemos las palabras las convertimos en ( Mágia
Blanca o Mágia Negra). O en amor para ti y para los demás. Porque las palabras
tienen el poder de crear, un poder que
proviene directamente de Dios, no son solo símbolos o sonidos, poseen una gran fuerza,
con el uso de las palabras se puede manipular un país. De ahí que tus palabras
sean impecables es decir sin pecado.
El Segundo acuérdanos dice: “No tomes nada personalmente” Porque si lo haces te expones a sufrir por nada. Lo que la gente dice no lo dice por ti sino por ellos mismos, por sus creencias y sus patrones, por su domesticación. Es sufrimiento es una elección. “la felicidad también”. Quitarse la máscara social resulta doloroso, la gente miente porque se miente a sí misma y es decisión de uno decidir que quiere creer. Si vemos a los demás tal y como son nada de lo que digan o hagan nos dañará. Hay que prestar más atención a los actos que a las palabras.
El tercer acuerdo “No hagas Suposiciones”. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás piensan, juzgamos las acciones y luego enviamos veneno emocional con nuestras palabras. Nos buscamos los problemas en base a lo que imaginamos y suponemos. Necesitamos, justificar, explicarlo y comprenderlo todo para sentirnos seguros; por ello suponemos….
El cuarto acuerdo:”Haz siempre lo máximo que puedas” bajo cualquier circunstancia de tu vida haz siempre el máximo que puedas, vive intensamente. Haz siempre lo máximo que puedas por mantener estos acuerdas y pronto te resultará sencillo.
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